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sábado, 25 de abril de 2009

Alguna novedad?

Aquí estoy de nuevo, pero sin novedades.

Esta semana no fui a la cita con la doctora, me salté el compromiso.

Estuve de cumpleaños en cumpleaños.

¿Por que todas mis amigas nacieron el mismo mes?
¿Se pusieron de acuerdo?
¿Tengo un imán para elegirlas según el signo zodiacal?

A mis próximas nuevas amigas o conocidos que surjan en el futuro lo primero que voy a hacer es preguntarles cuando cumplen años y si me responden entre abril y mayo, serán descartados automáticamente…jajaja!

Es que no hay dieta, ni presupuesto que aguante un abril tan intenso.

Continuando con tema peso. No tengo ni idea en cuanto estoy. Tengo penalizada la acción de subirme a una, no quiero saber nada del tema.

Me siento igual que la semana pasada y eso es buena señal.

Así que hasta el próximo relato!

Nota para amigas: chicas, que igual las quiero mucho! No me tomen en serio, es la dieta que me hace decir tonterías.

martes, 14 de abril de 2009

El reencuentro

Ya estoy en 63.900 kg. Cada nuevo número que veo en la balanza, me encanta (siempre que sea menor al anterior) por supuesto!

Ya me avisó la doctora que a partir de esta etapa bajaré menos de semana a semana.

Si bien sigo atenta a lo que dice la balanza, siento que me importa menos que antes el temita número, porque ya estoy sintiendo los cambios en el cuerpo. Me noto mas liviana, mas chiquita y delgada.

Pero mejor pasemos a lo más relevante de esta semana:
"LA ROPA"

El momento exacto de abrir el armario y reencontrarme cara a cara con aquel bendito jeans que estaba censurado, fue alucinante. Parecía que me estaba reencontrando con el amor de mi vida…. Cuanta nostalgia!

Unos segundos antes de probarme el pantalón, me asaltó una duda existencial:
¿Lo hago ahora o espero unas semanitas mas?
Tic-tac, tic-tac, tic-tac (pasaban los segundos mientras mi mente divagaba con los posibles resultados)

Finalmente, decidida a pasar la prueba de fuego, me desvestí en un segundo… respiré hondo… cerré los ojos y … subí el jeans de un tirón.

POR FIN… ME ENTRÓ LA ROPA QUE HACÍA TIEMPO QUE NO USABA!!!

Toda emocionada, corrí hasta el espejo para verificar que no me había equivocado de jeans (todavía no caía de la alegría) y supervisar que me había entrado sin romperse por ningún lado…jajaj!

No puedo especificar cuantos minutos estuve paseándome por la habitación con la sonrisa gigante en la cara, pero era digno de una loca perdida.

Y pensar que toda esa ropa la iba a donar. Ahora tendré que regalar la que me queda grande!

miércoles, 8 de abril de 2009

El camino de bajada

Tengo una buena noticia, que quiero compartir:

Al subir ayer a la balanza de mi doctora, apareció el número mágico de 64

No redondeado como parece, por que indicaba 64.300, pero eso sigue siendo un 6 y un 4!

Y estoy muy contenta porque me costó mucho bajar desde la última vez. Según la doctora, a partir de ahora voy a bajar poco a poco porque ya no es tan estricto el régimen y ahora mismo puedo comer casi-de todo, siguiendo las pautas alimenticias que me dieron.

Es decir, que ya pasó lo peor!

Digamos que estoy a medio camino y lo difícil ya lo superé.

¿Y qué fue lo más difícil de esta etapa? ¿Quieren saberlo?
Cuando decidí bajar de peso (estaba en 70 kilos a punto de reventar y salir disparada por los aires) fuí consciente de que no sería un camino de rosas, entonces antes de visitar a la nutricionista pensé en algunas estrategias para no desfallecer en el camino…. (vale, vale… soy una exagerada, lo sé…jaja)

Lo primero fue mirar el calendario y pensar que fecha era la más adecuada para comenzar (sin que tuviera compromisos o eventos sociales inevitables como: fiestas, bodas, bautismos, cumpleaños, etc).

Aunque fue un poco complicado encontré un hueco con margen de 2 meses.

Luego, informé a mi gente de mi decisión porque pensé que si todos lo sabían, podían ayudarme a no caer en tentaciones. Sobre todo mi chico (que hace manjares en la cocina)

Además no hay nada que me dé más bronca que las mujeres que hace tiempo que no ves y de golpe aparecen flacas-flaquísimas y al preguntarles que dieta hicieron, responden:
- Yo, dieta? Ninguna! Lo que pasa es que tuve un virus estomacal y... bla, bla, bla (ahora le dicen "virus")
- Noooo, dieta, no. Si me alimento como una vaca (mientras muerde una manzana verde)
- Es que los nervios no me dejan comer (mientras entran y salen de un centro de estética)

Yo en cambio, lo grité a los 4 vientos… “ESTOY A DIETA” y pensé que blanqueando la situación safaría de las invitaciones a cenas con amigas/os y que podría evitar las comidas obligadas de trabajo.

A las cenas con amig@s, asistí casi a todas y tengo que reconocer que se portaron muy bien, porque en gral nuestro grupo es de los que se juntan a COMER y BEBER bastante seguido y no son precisamente comidas ligeras. Teniendo un amigo chef que cada vez se luce más con sus recetas, comprenderán de lo que hablo. Pero con la amabilidad que lo caracteriza, siempre me preparó una cenita light especial.

Claro, entre amigos de confianza una puede sincerarse pero y en las comidas del trabajo? Ahí sí que no vale ninguna excusa, menos cuando sales a comer a Restaurant y todos quieren comer paella.

Poco a poco fui aprendiendo a decir NO, gracias.

Creo que el NO, gracias! lo dije un promedio de 3 veces al día mínimo, comenzando a primera hora de la mañana en la oficina cuando el Director nos dejaba una bandeja repleta de pastas dulces , porque simplemente estaba de buen humor y quería sorprendernos con un lindo gesto de su parte para que comenzáramos bien la jornada laboral.

A media mañana, en la hora del cafecito, mis compañeras con toda buena intención no paraban de convidarme todo tipo de barritas de cereales o galletas biológicas rellenas de chocolate o avellana, porque les daba pena verme comer una fruta… como si fuera a desnutrirme!

Y a la hora de la comida, tuve que armarme de valor para elegir el menú de ensalada acompañado de un segundo plato de pollo, pescado o carne, sin postre ni pan ni bebida distinta al agua natural, mientras mis compañeras disfrutaban de una rica pasta a los 4 quesos.

Todo esto que cuento, vivido día a día al final me hizo más fuerte.
Y el esfuerzo resultó gratificante al ver que da resultado…. Que se puede bajar de peso comiendo!

Porque les cuento que no pasé hambre en ningún momento. Lo que tuve fueron ataques de ansiedad, de querer devorarme todos los chocolates del supermercado o de dar un mordizco al postre tiramisú de mi compañera de trabajo, pero hambre… lo que se dice hambre no tuve.

Ahora que bajé casi 6 kilos estoy motivada para seguir adelante!